Wimbledon
Dirección: Richard Loncraine
Guión: Mark Levin, Adam Brooks, Jennifer Flackett
Fotografía: Darius Khondji
Género: Comedia romántica
Musica: Klaus Badelt
Duración: 98 minutos
Reparto:
Paul Bettany .... Peter Colt
Kirsten Dunst .... Lizzie Bradbury
James McAvoy .... Carl Colt
Bernard Hill .... Edward Colt
Eleanor Bron .... Augusta Colt
Nikolaj Coster-Waldau .... Dieter Prohl
Sam Neill .... Dennis Bradbury
Robert Lindsay .... Ian Frazier
Kyle Hyde .... Monte Carlo Opponent
Jonathan Timmins .... Ball Boy
Peter Colt ya pasa de los treinta y se enfrenta a su última temporada de tenis en Wimbledon como uno de los peores jugadores del torneo. Al tiempo que se prepara para la derrota conoce a la tenista americana Lizzie Bradbury, una de las mejores.
Comentario:
El vomitivo subtitulo en castellano no llama precisamente a ver la película, y es lo peor de ella. Pero bueno, la ví.
Al comienzo de la historia Colt es un tenista treintañero acostumbrado a perder y que permanece en el circuito por simple dignidad, o quizá costumbre.
Desde el principio, la película y lo que cuenta se centran el Colt, mostrando incluso a su “impresentable” familia, compuesta por unos padres medio separados (él se ha ido a vivir a la cabaña del árbol) y un hermano (James McAvoy, que parece elegido a mala idea: mientras Bettany es alto y rubio él es bajo y moreno) que se dedica a apostar sobre el resultado de los partidos... contra Peter o pretende ir a verle a la pista cuando todos saben que nunca gana si su familia está presente.
Tras la presentación de Colt y sus circunstancias, aparece Lizzie, la tenista de éxito, americana, a quien el algo torpe y bobalicón británico parece caer en gracia.
Comienzan a competir “amistosamente” derribando latas (o algo así y justo cuando él va a lanzar la pelota le dice que si acierta se acostará con él. Por supuesto, no le da.
Entre partidos de tenis en que Colt no da una va naciendo el romance de la parejita, obstaculizado por el progenitor-entrenador-cancerbero de ella (Sam Neill ya olvidado “Parque Jurásico&rdquo, que quiere lo mejor para su hijita, y eso no es Colt, ni de lejos.
Y el caso es que según prospera la relación (él entra en el dormitorio de ella escalando hasta el balcón en plan Romeo moderno), el tenis de él mejora y el de ella empeora (¡machistas!), llegando a vencer incluso a su buen amigo Dieter Prohl (Nikolaj Coster-Waldau), que es muy majo y se lo toma muy bien, el juego es el juego y ellos siempre serán amigos.
Asi, ganando y haciéndose famoso para su propia sorpresa, Colt comienza a pensar que aún s posible que un británico gane Wimbledon...
Una buena idea es la forma en que se viven los partidos casi desde el cerebro de Colt, escuchando sus pensamientos (casi siempre derrotistas) y con abundancia de primeros planos de sus ojos (muy azules) y de la pelota.
Como curiosidad, esta es la primera vez que dejan rodar en la pista central de Wimbledon (lo mismo que en “La intérprete” era la primera vez que se rodaba en Naciones Unidas... en fin), y famosos ex tenistas como John McEnroe y Chris Evert se interpretan así mismos comentando los partidos.
Como parte negativa resaltar que el personaje de Lizzie es demasiado secundario, podrían haber sacado más de ella, aunque centrar la película en Colt para que nos identifiquemos con él funciona. Al menos, en el “epílogo” se le hace cierta justicia a Lizzie.
En los extras (el “cómo se hizo&rdquo, se aclara que, aunque Bettany y Dunst estuvieron varios meses entrenando, no son grandes jugadores, que muchas veces la pelota era añadida de forma digital y cuando parece que están jugando él simplemente se tira al suelo con la raqueta en la mano, aterrizando sobre una colchoneta.
La película es evidentemente una comedia romántica sin pretensiones ni mucha originalidad (casi cada situación en que se encuentran los protagonistas se ha visto ya otras veces), a la que beneficia la evidente química entre Bettany y Dunst, que forman una pareja muy atractiva, al tiempo divertida y romántica, y un guión con puntos ingeniosos.
Si a eso se añade que transcurre en verano, con mucho sol y en exteriores, resulta una película simpática y entretenida.
*** T ***