Le violon rouge
Dirección: Francoise Girard
Guión: Don McKellar, Francois Girard
Fotografía: Alain Dostie
Música: John Corigliano
Duración: 120 minutos
Intérpretes: Samuel L. Jackson (Charles Morritz), Don McKellar (Evan Williams), Carlos Cecchi (Nicolo Bussotti), Irene Grazioli (Anna Bussotti), Jean-Luc Bideau (Georges Poussin), Jason Flemyng (Frederick Pope), Greta Scacchi (Victoria Byrd), Sylvia Chang (Xiang Pei), Colm Feore (subastador)
Argumento: La historia de un violín y su deambular de mano en mano a través de los siglos.
Comentario: El violín rojo narra las vicisitudes de un violín a través de los siglos. Estructurada en segmentos, la película fue rodada en cinco idiomas y países diferentes de varias partes del mundo incluyendo Italia, Austria, Inglaterra, China y Canadá. La historia empieza con la creación de un violín de sonido perfecto por parte de un artesano que se lo quiere regalar a su hijo que va a nacer.
La esposa y musa del artesano acude a una echadora de cartas para que le lea su futuro y esa escena se va desarrollando a lo largo de la película como forma de introducir, con cada carta que se descubre, un nuevo fragmento del filme y una parte de la historia del violín y sus dueños. Ya que, finalmente es la “vida” del instrumento la que ve la echadora, pues la mujer muere al dar a luz, con su bebé.
La película va y viene a través de los siglos, teniendo como hilo conductor las cartas del tarot y la sala de subastas donde el violín va a ser puesto a la venta, y donde van apareciendo los descendientes de aquellos personajes preparándose para pujar por el preciado objeto.

Nicolo y Anna Bussotti y el niño prodigio
Rodada con un tono romántico, muestra unas poéticas imágenes de las ciudades históricas.
Son especialmente interesantes los segmentos de la violinista china durante la revolución cultural a pesar de que el director prefiere recrear el ambiente de la época antes que la importancia que el instrumento musical tiene en la vida de la mujer, que ha de escoger entre él y su fidelidad al partido comunista. Y resulta cómico, bordeando el ridículo, el segmento del violinista inglés.

El violinista excéntrico y la violinista sacrificada
El final, en la casa de subastas cambia el tono del filme, de lo romántico a lo detectivesco.
El musicólogo Charles Morritz (
Samuel L. Jackson), experto en violines antiguos, reconoce el valor del instrumento que cae en sus manos para que lo tase para una subasta. A partir de ese momento, se le plantea un dilema moral. Es lo que más desea en el mundo, ¿se lo puede quedar y no revelar a nadie su identidad y valor?

Morritz no quiere entregar el mítico violín
Tras un proceso de investigación y autentificación, en la que oculta el posible origen del instrumento, Morritz es descubierto y debe entregarlo para la subasta.
En el lado negativo, el que la película haga más hincapié en las distintas épocas históricas en las que se desarrolla la acción que en las personas en cuyas manos cae el violín y de cuyas circunstancias y relación con él desearíamos saber más. No queda claro cómo el violín pasa de unas manos a otras, y tampoco se entra en detalles de su importancia y su influencia en las vidas de los que lo tienen.
Especialmente emotiva la escena en la que el experto escucha tocar el violín y teme que descubran su importancia. Su rostro expresa, a la vez, la emoción que siente al oír su sonido por primera vez y el temor a perderlo. Posiblemente él no sabe tocarlo.
Morritz se emociona al escuchar el sonido del violín rojo
Bien resuelta la escena en la que Morritz recibe el informe sobre la composición del barniz rojo del instrumento y en un flashback los espectadores lo podemos ver y descubrir al tiempo que él.
Película visualmente muy conseguida y bella que resulta a momentos aburrida y no logra que nos interesemos por la historia de los propietarios del violín, con un argumento que no termina de convencer y enganchar.
Curiosidades: Al director, Girard, le llevó tres años trasladar el guión a la pantalla, ya que tuvo que buscar inversores así como llevar a cabo una labor de investigación histórica y musical.
La música está compuesta por John Corigliano e interpretada por el violinista Joshua Bell de la Orquesta Filarmónica de Londres.
*** Valeya ***