From Hell
Direcci?n: Albert Hugues y Allen Hugues.
Gui?n: Terry Hayes y Rafael Yglesias; basado en la serie de libros de comics de Alan Moore y Eddie Campbell.
Pa?ses: USA, Rep?blica Checa, 2001.
Duraci?n: 110 minutos
Reparto: Johnny Depp (Fred Abberline), Heather Graham (Mary Kelly), Ian Holm (Sir William Gull), Jason Flemyng (John Netley), Robbie Coltrane (Peter Godley), Lesley Sharp (Kate Eddowes), Susan Lynch (Liz Stride), Terence Harvey (Ben Kidney), Katrin Cartlidge (Dark Annie Chapman), Estelle Skornik (Ada), Paul Rhys (Dr. Ferral), Ian McNeice (Robert Drudge), Ian Richardson (Sir Charles Warren), Nicholas McGaughey (oficial Bolt).
Argumento: Inglaterra 1888. En el barrio londinense de Whitechapel comienzan a aparecer prostitutas brutalmente asesinadas.
El inspector Abberline es el encargado de investigar los cr?menes.

Abberline, el encargado del caso
Comentario: Adaptaci?n de un c?mic de Alan Moore y Eddie Campbell que desconozco y con el que por tanto no puedo comparar, la pel?cula pretende resolver el misterio de Jack el Destripador.
Para ello plantea varias posibilidades, ninguna de ellas original, que abarca sospechosos desde los bajos fondos (maleantes que cobran a las j?venes por dejarlas vivir) a conspiraciones mas?nicas o miembros de la familia real brit?nica que establecen relaciones poco recomendables.
En realidad Abberline no se toma en serio la mayor?a de las opciones, que, para m?, est?n ah? m?s como una muestra de la hipocres?a de la ?poca victoriana que como un intento de despistar al espectador.
Bes?ndose por los callejones
Ya cuando se hace cargo del caso y sugiere que el asesino ha de ser alguien de alta clase social su superior dice a Abberline ?No puede haber sido un ingl?s?, y cae en el rid?culo de mostrar un cartel del espect?culo de Buffalo Bill y sugerir que pueden haber sido extranjeros, indios norteamericanos.
Es de esa misma fuente de donde salen teor?as rid?culas como culpar a los jud?os, carniceros, peleteros etc, sufriendo que cualquiera de ellos podr?a tener los conocimientos m?dicos precisos para llevar a cabo las operaciones y extirpar los trofeos. ?Cualquiera menos un ingl?s!
Esta cr?tica social se manifiesta desde el comienzo de la pel?cula, con una imagen del perfil de Londres contra un cielo te?ido de rojo, mientras la escena va descendiendo varios estratos sociales de clase media con familias discutiendo a trav?s de las ventanas hasta llegar a lo m?s bajo, como si fueran las alcantarillas de la ciudad, el East End, el barrio de Whitechapel, donde la gente vive de noche, en las calles, entre la niebla y la suciedad que les rodea.

Abberline y Godley investigan los cr?menes de Jack
Es en la recreaci?n de la ?poca y costumbres, de los contrastes sociales (los m?dicos ricos a los que visita Abberline se entretienen exhibiendo a John Merrick ? el hombre elefante ? o jugando a las logias mas?nicas) y el horror que aquejaba a los indefensos (la escena de una especie de lobotom?a y el interior del manicomio es terror?fica), donde m?s acierta la pel?cula, llegando a sumergir en la miseria e insensibilidad humanas.
Tambi?n los decorados: la niebla, antros, callejones oscuros, planos de edificios, coches de caballos... contribuyen a dar verosimilitud a la ambientaci?n hist?rica.
De inter?s son los colores utilizados durante las visiones de Abberline, que muestran la violencia de los asaltos (siempre de forma poco expl?cita, aunque puede herir alg?n est?mago sensible), entre el rojo de la sangre y el verde de la absenta, o la forma en que el destripador se desvanece en un par de ocasiones en la oscuridad y la niebla, invisible entre la violencia del barrio.

Abberline sigue investigando
Sin embargo, parece descuidada la trama detectivesca, cuya resoluci?n no tiene el menor misterio o tensi?n y, sobre todo, los personajes.
La principal caracter?stica de Abberline, consumidor habitual de absenta mezclada con l?udano y otras sustancias que le ayudan a ?recrear? los cr?menes, es apenas aprovechada en el gui?n. Una escena en sus delirios recuerda su viudedad y poco m?s.
No se explica el origen de las visiones, y si se sabe algo de ?l es gracias a peque?os gestos como el respeto con el que trata a las v?ctimas (c?mo les coloca la ropa o las toca para examinarlas), su carencia de prejuicios sociales (capaz de enamorarse de una prostituta a la que nunca se ve ejercer) o el empe?o a lo perro de presa de continuar en el caso aunque le destituyan.
Abberline pide ayuda a Sir William Gull
Peor suerte corre el personaje de Mary Kelly. De todas las candidatas a v?ctimas del destripador, Mary resalta por lo fuera de lugar: En ning?n momento parece una profesional hastiada de la vida, amargada y destruida, al contrario, siempre est? resplandeciente, sensible, atractiva e inteligente., en contraste con la degradaci?n que se ve en el comportamiento y aspecto de sus compa?eras.
Igualmente poco cre?ble, e innecesario, es el improbable romance que brota entre Abberline y Mary, hasta convertirse un gran amor cuyo desarrollo carece de credibilidad. Ver el momento en que un polic?a de uniforme les encuentra bes?ndose como adolescentes en un callej?n.
Fred Abberline y Mary Kelly tienen tiempo de enamorarse
Los mejores personajes est?n entre los secundarios.
El sargento Godley siempre con la cita po?tica oportuna, protector y seguidor del inspector, el m?dico de la realeza Sir William Gull (esos ojos...), Netley, el cochero al servicio del destripador, un ser entre simple, siniestro y aterrorizado, o el forense siempre a punto de vomitar que no puede examinar los cad?veres, son muestra, junto a las prostitutas que ser?n v?ctimas del destripador, de personajes interesantes.
Con todo, la pel?cula resulta entretenida: el gui?n consigue encajar y justificar todas las piezas, y hasta tiene su punto de melodrama, aunque queda la sensaci?n de que se le podr?a haber sacado mucho m?s partido a una historia a priori muy atractiva que tiene en el aspecto visual su mejor baza.
El C?mic
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