Phyllida Lloyd.
USA.
2008.
108 min.
Meryl Streep (Donna), Pierce Brosnan (Sam), Colin Firth (Harry), Stellan Skarsgård (Bill), Julie Walters (Rosie), Dominic Cooper (Sky), Amanda Seyfried (Sophie), Christine Baranski (Tanya).
Catherine Johnson.
Judy Craymer y Gary Goetzman.
Benny Andersson y Björn Ulvaeus; basada en las canciones de ABBA.
Una joven quiere casarse y pretende que su padre (al cual no conoce esté presente en la boda). Leyendo los diarios de su madre averigua que puede ser hija de tres hombres, a los cuales invita sin pensar a la isla griega donde ambas viven y regentan un ruinoso hotel.
El cine musical es raro de ver en nuestros días. No es un género de moda, pese a intentos revitalizadores como Chicago, Dreamgirls o Moulin Rouge (o incluso la obra de Lars Von Trier "Bailar en la oscuridad"). Mamma Mia se incluye en esta tendencia de revival, acentuada por el uso, como banda sonora, de las canciones del archifamoso grupo de los setenta ABBA.
Es difícil juzgar Mamma Mia como musical. Por un lado, están las canciones de ABBA, y por otro, la película en sí, su argumento, guión, interpretaciones. Yo reconozco que soy fan de ABBA, así que lógicamente aunque solo sea por las canciones, la película me ha gustado. Estas, casi todas conocidas (aunque había algunas que no había oído nunca), se intercalan entre los escasos diálogos de los protagonistas, con mayor o menor fortuna; y es que no debe ser fácil engarzar unos temas escritos de antemano en una historia nueva con la que no tienen nada que ver y que se supone ha de llevar un hilo conductor coherente. Hay muchas canciones, incluso acaba una y ya empieza otra. Para quien no sea amante del musical esto puede ser un handicap. Por fortuna, en el cine se ha proyectado la película con subtítulos que permiten entender las canciones, algunas de las cuales son importantes para la trama. Personalmente, me parece que quedan mejor y me gustan más aquellas que transmiten mayor alegría, vamos, las que son más movidas y discotequeras que las intimistas.

El cine musical, por su propia naturaleza, es un género irreal y fantástico. De pronto los personajes se ponen a cantar y a bailar. Esa es su grandeza y su debilidad. En Mamma Mia también hay esa irrealidad, incluso en la ambientación, con unos campesinos griegos que parecen pueblerinos de otras épocas, y que a veces, en algunas canciones, se lanzan y actúan como una especie de "coro de ancianos" (una aportación del teatro griego clásico, como no) que aparecen en los lugares más insospechados (el tejado, por ejemplo) siguiendo las evoluciones coreográficas de los protagonistas. Es por eso por lo que mientras parecen encajar en la realidad las canciones que "vienen a cuento", como cuando la protagonista canta con sus ex compañeras de grupo musical para la concurrencia; o en la fiesta de despedida de soltero; otras son claramente fantasiosas (lo del tejado, los jóvenes con aletas de buceador que aparecen de pronto), lo cual choca un poco.
La película en sí tiene dos partes muy claramente diferenciadas: la primera, donde se presenta el conflicto, es muy animada, vitalista y llena de toques de humor. Se nos presenta a una protagonista admirable: madre soltera, liberada de hombres, que lleva por sí sola un negocio, muy jovial y casi de mentalidad infantil y divertida; la segunda parte, desde la fiesta, cambia y se transforma en un festival de ñoñería y sentimentalismo. A mí la segunda parte me parece que baja mucho el nivel y se hace incluso lenta. Esto coincide con algunas de las canciones más intimistas, como la de The Winner Takes it All.

Por otra parte, hay que señalar la absoluta falta de contenido de la película. El guión es tópico, incluso estúpido en ocasiones, y todo, absolutamente todo, es previsible. A esta película le quitas las canciones y solo queda un vacío pavoroso y ciertamente tontorrón, ingenuo y de un cierto reaccionarismo. Los personajes apenas están esbozados, dejando aparte a la protagonista; los tres galanes que pueden ser padres de la chica se pasean por los escenarios sin hacer prácticamente nada; el novio es de un ñoño que te apetece matarlo, y además casi no sale nada. Meryl Streep está bien, aunque yo diría que algo histérica y sobreactuada; sus amigas son las que más me han gustado, incluso dentro de su asumida caricatura de cincuentonas (una ávida de hombres, la otra, intelectual y ermitaña).
En cuanto a la interpretación de las canciones y del baile... los galanes son los que peor lo llevan. Colin Firth canta una canción aceptablemente; pero Pierce Brosnan... es que el pobre no tiene voz y canta fatal. Del baile ni hablamos. Las que mejor se defienden son Meryl, que además demuestra estar en una increíble forma (aunque no descartamos retoques digitales en ciertos saltos) en un papel que es de mucha acción física (saltos, carreras, se tira al agua, etc); y sus amigas (una de las cuales tiene uno de los mejores números, con la canción Does your mother know). De todas formas, las coreografías no son nada lucidas y parecen poco preparadas, como espontáneas, por no decir chapuceras. Los actores, en general, pierden por completo el sentido del ridiculo y saltan, se disfrazan con imposibles trajes de los setenta (en los créditos finales, que deben ver hasta el final, ya que hay un "bis" con el Waterloo); rayando a veces la histeria colectiva.

El final es como para tirarse de los pelos, en esa boda en la que asistimos a la incoherente declaración de uno de los galanes, que dice que siempre estuvo enamorado de ella y deseando casarse (¿Y en treinta años no se acercó a la isla a verla, sabiendo que estaba allí?). En fin, muchas tonterías juntas que incluso causan un poco de sonrojo.
Como resumen decir que la película no es buena, pero es animada, te sube la moral, te da alegría, fundamentalmente por las canciones de ABBA; tiene un argumento inane, unas interpretaciones sobreactuadas, un ritmo dudoso, que va de muy bien a mal, y una no muy buena dirección. Pero que a pesar de todo eso, me ha divertido. Es lo que tiene ser fan de ABBA...
Finalmente, señalar el protagonismo de las actrices maduras en esta película, que son efectivamente las protagonistas, dejando a los jóvenes, para variar en un segundo plano. Una buena imagen en contra de la política dominante en Hollywood donde pasar de los cuarenta es sentencia de jubilación o de convertirse en eterna madre/abuela/secundaria de turno.
Paralelamente a esta película he visto "La boda de Muriel", que también toma como leit motiv las canciones de ABBA, y que comentaré en otro momento. Por supuesto, es mucho mejor "La boda de Muriel", con más contenido, una forma más inteligente de utilizar a ese icono de la época contemporánea que es ABBA.
En resumen, mala pero alegra (para los fans de ABBA)